jueves, 24 de febrero de 2011

Relatos cortos de la Congregación: Rollos Antiquísimos del Evangelio Apócrifo de Saint Judes Webeus, hallados por casualidad !!!!!


FUE EL TREMENTO GRITO QUE PEGÓ LA DOÑA. NUNCA SE IMAGINÓ QUE CUANDO TIRARA LA CADENA DEL W.C., SE ABRIRÍA UNA TREMENDA GRIETA EN LA PARED DEL BAÑO DEL TEMPLO CENTRAL. LA PILETA BAUTISMAL SE TERMINÓ DE TRIZAR Y BAJO EL PISO SALIERON A FLOTE MILES Y MILES DE CÁNTAROS CON ROLLOS Y ROLLOS...EL OBISPO NECTARÍN NO LO PODÍA CREER Y SÓLO EXCLAMÓ QUE ERA UN MILAGRO DE LLAVHÉ. EL TESORO ERA MAGNÍFICO, ERAN LAS PÁGINAS PERDIDAS DEL EVANGELIO APÓCRIFO DE SAINT JUDES WEBEUS.
LA ÚNICA MOLESTA CON EL DESCUBRIMIENTO FUE LA VIRREYNA QUE DIJO: "ME HABÍA CONFORMADO CON EL HUAIPE, PERO AHORA ESTO....."

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EL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAINT JUDES WEBEUS
LIBRO DE LAS REVELACIONES BEODAS
CAPÍTULO UNO
1.- He caminado todo el desierto y ya mis sandalias dan lástima. Mi dromedario se mandó a cambiar con toda la mercancía que tenía para vender en la feria del poblado de Karmá, el que queda cerca de las playas del Mar bien muerto.

2.- Desorientado he seguido el sol y mi orina la he guardado en mi bolsa de cuero de guey ( Algo he aprendido a sobrevivir ) Mis labios están resecos, ya no doy más y creo que moriré.

3.- Mi mente me juega sucio y me enseña oasis pecaminosos, con odaliscas danzando a teta pelá.Se contonean al ritmo del sonido del viento y hacen volar sus hermosos velos sobre mi frágil voluntad....no hay caso…...debo volver a pecar para sobrevivir, otra vez debo hacerlo. Y trato de vencer la tentación y digo con voz en un hilillo : Soy un simple comerciante del poblado de Webeus, Judes es mi nombre. No tengo padre , no sé quién es mi padre ( todos los habitantes de Webeus parece que tienen algún rasgo de mi).Mi madre es la madre de todos los huachos de Webeus : Zara, la ramera.

4.- ¡Oh, misericordioso Llavhé, enseñadme el camino hacia mi salvación! - he exclamado en mi lengua natal - pero al parecer está muy ocupado. Ni siquiera me otorga una nube para darme sombra.

5.- Perdido y desorientado me he arrodillado en medio de las arenas. Creo ver espejismos. Utilizo mi túnica como un quitasol y lanzo una oración, con los ojos bien cerrados.

6.- Aparece de la nada un ser alado siniestro. Pienso que es el cola de flecha y trato de huír, pero no importa donde me esconda, la bestia me sigue sin prisa. Caigo cuán largo soy y le digo que me devore.

7.- Se me acerca, dejando rasguños en las dunas con sus pezuñas y de su hocico me lanza su saliba etílica. Es Ron.

8.- Gruñe y me indica que le saque el rollo de papiro que lleva amarrado a la pata. Hago caso sin vacilar, ya no temo de que me pueda hacer mierda.

9.- “ Soy Llavhé, te he salvado” El papiro se quema en el acto, la bestia desaparece y en mis manos se deja caer una petaca que dice en mi lengua natal: “Ron Purgatorio”

10.- “Gracias Llavhé, oh, gracias” y me la bebo al seco y veo una luz que me indica el camino, que cruza cerros y cerros de incomprensible arena, me indica el camino hacia el pueblo de Karmá : ¡¡¡¡¡Estoy a salvo, bendito he sido!!!!!!!!

jueves, 17 de febrero de 2011

Archivos secretos de la Villa: "El Capitán y los saltamontes"






Aún éramos un pendejos que sonreían a todo y hubo un tiempo en que los saltamontes invadieron los pastizales de la acequia que pasaba cerca de la Panamericana, a la altura del kilómetro 20. En razón de los veranos calurosos y cansados de los juegos trillados, se decidió ir de cacería. Nuestro Capitán ( Un pendejo un poco mayor que nosotros) nos citaba en la Pileta de la plaza ( Del tiempo que hablo, sí era una pileta. Hoy en día hay pasto y tierra seca) Llegaba completamente equipado: En su mochila de explorador llevaba frascos vacíos de distintos tamaños y una tortuga de trapo que tenía clavados alfileres con pelotitas de distintos colores ( Los colores eran importantes para la tarea a seguir ) Generalmente se utilizaban para exhibir los trofeos y asustar a las niñas de ese entonces, que sólo se dedicaban a saltar la cuerda y a dibujar en las calles números del 1 al 10, el cual, este último, era el número mágico que todas debían alcanzar saltando con un pie, recoger el "tejo" y volver al inicio.

--¿Todo listo?- preguntaba nuestro Capitán que nos ordenaba según ña estatura ( A mi hermano y a mi , siempre nos tocaba de los últimos)
--¡Sí mi Capitán!- respondíamos al unísono-

Le denominábamos el "Capitán", porque sacaba a escondidas el gorro de la aviación del Papá. Nosotros lo admirábamos por esa osadía. Muchas veces traté de probarme el de mi Papi, pero él lo tenía bajo siete llaves y lo cepillaba religiosamente todas las tardes. En una ocasión se le quedó olvidado sobre la cama y yo corrí a probármelo frente al espejo. Me veìa chistoso, porque se me caía y me tapaba los ojos. Esa fue la única oportunidad, jamás hubo otra.

Ya dije que era un poco mayor que nosotros. Uno o dos años, no lo recuerdo . Y por más que reviso los Archivos Secretos de la Villa, no logro dar con el nombre del muchacho en cuestión. Aparece tarjado su nombre con un plumón negro , cada vez que se refieren a él. Me llama la atención y he tratado de hacer memoria, pero mis recuerdos no son tan exactos. Tengo vagas nociones del "Capitán". Quizás, mientras siga transcribiendo, lograré dar con él .

--Saben que hoy es la misión más importante de todas, pero hoy nos iremos al campo de batalla por la otra calle, daremos la vuelta a la manzana,no quiero que ningún espía interfiera en nuestros planes - dijo el Capitán con voz importante, refiriéndose, sin lugar a dudas, a la Señora Carmen y a las demases, que ya ejercían a sus anchas la profesión de Periodistas-
-- ¡¡ Sì mi Capitán!!!
Y partíamos a trote lento, seguiendo la gorra azul que iba a la cabeza.

El Capitán, el Capitán, el de las canillas flacas, que siempre andaba con jeringas y dándole aspirinas molidas a los gatos, porque creía que sufrían de migrañas crónica y que por eso dormían todas las tardes. Muchos cuentan que comía kilos y kilos de ciruelas verdes con el único propósito de andar con cagadera y así poder faltar a la escuela. Otros informes secretos revelan que a su hermana menor la torturaba sicológicamente diciéndole que ella era adoptada, que la habían recogido de la basura, que el viejo del saco era su legítimo padre y cosas por el estilo. Todo lo hacía con el único propósito de experimentar hasta dónde era capaz de soportar la mente humana...(Ahora que recuerdo, hace dos años atrás me enteré que su pequeña hermana viste una camisa de fuerza que azota en las paredes acolchadas del "Open-Door", sin recibir visitas de ningún tipo).

Nosotros , pendejos, obedecíamos todas las órdenes de este niño flaco al extremo, que con una sola mirada parecía escudriñar cada secreto oculto en nuestras infantes almas. Él era quien dirigÍa cada uno de nuestros juegos y, por cierto, cada una de nuestras cacerías. Esa tarde no era distinta al resto... ya estábamos en las afueras de la cancha de fútbol , en las orillas de la acequia que corría bulliciosamente
entre nosotros. Realizábamos una operación "peineta" recolectando cada una de nuestras víctimas. Los morados eran los màs difíciles de cazar : Requería mucha concentración y pacientemente acercar la mano semicerrada hacia el objetivo y luego , cuando ya estuviese encerrado en ella, soportar estoicamente las sacudidas de los prisioneros ( Algunas veces daban cosquillas, pero otras veces llegaban a asustar) Pero antes que todo, la patrulla de avanzada , saltando de un lado a otro de la acequia, evitando caer a las aguas enchocolatadas... ( Por eso era preferible saltar en las partes que ambas orillas estaban màs cerca; en otros sitios había que tomar "vuelo" y muchas veces no alcanzábamos a llegar. Sólo el "Capitán" era capaz de saltar al otro lado de la acequia en el "Paso Asesino". En aquél paso era necesario tomar mucho "vuelo". Él siempre nos decía, que si algún día querían deshacerse de él, sòlo bastaba con un valiente que lograra vencerlo en tan temeraria tarea. Lo decía con su "no sé qué", ya que en el fondo sabía que todos éramos unos cobardes) Bueno, la cosa es que las patrullas de avanzada se introducían en los pastizales e indicaban dónde encontrar las colonias de saltamontes. Cada vez que obteníamos un prisionero, lo catalogábamos entre los pequeños y los mayores ( Por cierto a los pequeños los encerrábamos en un frasco, los hacíamos sufrir un poco y , piadosos nosotros, lo devolvíamos a los pastizales: Debían crecer un poco más para poder ser exterminados) Los mayores corrían la peor de las suertes, sobretodo los màs agresivos, ya que les arrancábamos las patas saltarinas y los devolvíamos a su jungla particular para que no nos olvidaran y sirvieran de advertencia para el resto. A los otros, a los más subersivos, les arrancábamos la cabeza y las enterrábamos en alfileres. El Capitán encontraba gracioso verlos saltar y saltar buscando sus cabezas. Reía como condenado y a todos nos designaba un saltamontes sin cabeza y los hacía competir. Por cierto, el juego se llamaba la "Competencia de los descabezados" . El primer saltamontes en morir , su dueño recibía una "sarta de patadas en la raja" de todos los integrantes del grupo ( Yo era el que más recibía, porque a parte de tocarme los paliduchos y que eran los más dèbiles , tenía que recibir las patadas de mi hermano chico. Por eso le insistía que era mejor que se quedara en la casa,que saliera de compras con la Mami, pero no había caso: En esos tiempos mi hermano era mi sombra propia) ¿y el Capitán? No, él no participaba, porque dirigía el juego: Tenía la gorra azul. Él, a lo Emperador Romano, nos indicaba con el dedo pulgar cuál saltamontes había muerto primero....y era mejor recibir el premio: Huír era lo peor. Eso hizo el pobre "Banana" y no pudo salir a la calle por dos semanas. El Capitán nos obligaba a hacer guardia frente a su casa y por eso jugábamos ahí, cosa que él nos escuchara. Además el "Capitán" ( Experto en presionar sicológicamente a sus víctimas) creó turnos de a dos para ir a buscarlo a su casa. A la Mamá-Banana la teníamos "chata" y le rogábamos que lo dejara salir a jugar. Que no, que se siente enfermo, que tiene que hacer tareas, siempre alguna excusa para no salir. El Capitán , arriba de uno de los pinos más altos de la plaza, decía que algún día tenía que ir a comprar el pan, pero el Banana , el muy astuto, convenció a su hermana para que realizara el mandado y que los "vueltos" que a él le pertenecían, serían vitaliciamente suyos ( ¡Que ingenuas las mujeres!) .

Un día no aguantó más y cuán cordero que va al sacrificio, entregó su trasero a las zapatillas de todos nosotros, no sin antes amenazarnos que su Mamá era una gitana y que le diría que nos lance maldiciones a todos y que a parte, al Capitán lo acusaría a su Papá que le saca sin permiso la gorra azul, que por eso lo podían llevar preso y etc.etc.etc. El Capitán aburrido de las amenazas, le abrió los calzoncillos y le echó una carga de saltamontes, diciéndole que eso era para que aprendiera que quién mandaba acá era él y no otro, que por eso era el "Capitán" . Todos reían por el suplicio del pobre "Banana" , pero sólo como una forma de complacer al "Capitán", ya que en el fondo estábamos tristes por su situación y, además, en cualquier momento le podía dar la weá con alguno de nosotros. Cuando lo vi corriendo a poto pelado a los brazos de su Mamá, entendí que algo andaba mal....pero faltaba un año más para dejar de participar en los siniestros juegos del "Capitán"...

Así nos entreteníamos con los Satamontes. Luego los íbamos a exhibir a las niñas. Les decíamos que teníamos coronas para sus muñecas y ellas, inocentemente, nos las pasaban y nosotros se las entregábamos con miles de cabezas de saltamontes clavadas en los vestidos de las muñecas que no dejaban de sonreír y decir con voz chillona: "Mamá, soy feliz". Claro, ellas las lanzaban lejos y nos iban a acusar a los papás. Para entonces, ya estábamos refugiados en las copas de los árboles de la plaza.

El "Capitán",el día que supo que la niña de sus sueños sentía "mariposas en su estómago" por un compañero de curso; se hizo un nudo en el corazón , fue donde el Farolito, compró una caja de bombones, se los comió solo y con los papeles plateados envolvió piedras con extremidades de saltamontes. Luego ,con el regalo ardiéndole en las manos, buscó por toda la Villa a su amada traicionera. Se acercó a ella y con un frío "es para ti" depositó la caja en sus manos y se fue corriendo a su casa. ....Desde aquél día le dejó de gustar....ése era el Doctor Caos, mi "Capitán" en mi infancia...

viernes, 11 de febrero de 2011

PENSAMIENTOS EN OFF DEL EDITOR DEL BOLÍGRAFO REBELDE


“El público no es tonto, se da cuenta de todo y pude haber re-publicado ciertos archivos secretos de la Villa del año del ñauca y, quizás, por un tiempo, hubiese pasado inadvertida la ausencia crónica de Virus-Spam, pero sólo por un tiempo...en realidad no tengo para qué mentirme...sí,reedité viejos archivos secretos de la Villa y lo hice así para poder ganar días preciosos y despistar al Ministerio de la Memoria. Luego, con la porfía de Débora, vino la publicación de la Poesía Muerta y aún así creo que,hasta la fecha, el Ministerio de la Memoria está a raya y el Bolígrafo Rebelde se ha mantenido con tiras y aflojas, pero sobrevive.

Y fue así que me vine, sin pensarlo (EN SERIO QUE SIN PENSARLO) y con lo puesto y me encerré en el último paradero de él: La habitación 525 del Hotel City. No fue necesario llenar maletas y maletas, porque todo lo indispensable para sobrevivir lo llevo siempre conmigo, donde quiera que vaya, porque, me pregunto...¿ Qué más puede llevar un hombre solo? Quizás lo único material es el turro de fotos de ella, la mujer que fue un “síntoma letal en mi existencia”, como alguna vez leí en un poemario de edición limitada y poca publicidad externa.

Uno, a veces, debe renunciar ( en parte, eso sí) a lo que más ama, lo que logra mantener siempre viva la llama que uno lleva dentro de sí, con el fin de concentrarse en lo que tiene carácter de urgencia. En mi caso particular me refiero al Bolígrafo Rebelde, MI BOLÍGRAFO REBELDE, la única razón del por qué no me he pegado un balazo en la cabeza. Sí, he renunciado a lo que más amo con el fin de encontrar a Virus-Spam ( a estas alturas, vivo o muerto),porque más que un escritor que va a la pelea sin saberlo y logra ser el dolor de cabeza de los jefazos ocultos del Ministerio de la Memoria, es un hermano chico para mi. Uno , a diario, puede crear nexos con ciertas personas, pero hay ciertos nexos que son trascendentales y escasos y no son forzados y éstos son de piel y, precisamente, con él mantengo ese nexo. Por eso estoy encerrado en este Hotel de inmigrantes ilegales, leyendo y releyendo todo este alboroto de manuescritos desparramados sin piedad y sin sentido por todas partes. Encontraré una pista que dé con tu actual paradero, mi hermano chico, en serio que lo haré”

El Señor Chan se restregó los ojos y se bebió al seco el café cargado que Débora le dejó servido antes de irse a su habitación a esperar a Henry, su marido. Encendió la lamparita de mano y siguió leyendo poesía muerta. Sus susurros se mezclaron con los ruidos peatonales de las 3 y 14 de la mañana que rugían por la calle Compañía.Dijo lo siguiente y luego cayó dormido sobre un montón de errantes manuescritos desesperados en la madera fría de la mesa : “ Virus-Spam, yo te rescataré ”

jueves, 10 de febrero de 2011

ENTREPARÉNTESIS



Encerrado en la habitación 525 del Hotel City
piso manuescritos de un tal Virus-Spam
y suenan como si fuesen hojas secas
y las pateo y caen como oxidados abanicos
que se abren y cierran y abren y cierran
como el parpadeo que hacen las profecías al hablar
y recuerdo el aleteo de las humeantes palomas
entre las lejanas cruces de la Catedral de Santiago du Chili

Abro las ventanas de par de par
para que el tráfico de calle Compañía sin piedad abuse otra vez de mi
Y me abofetee con la fuerza y el cariño de un Padre corrextor
y me recuerde
que la vida continúa
que la vida continúa
todos los días
todos los días
todos los días de mi vidaflixtiva
y yo sigo entreparéntesis y gris
vestido con mi traje de abogado a medias
como la coronta de una manzana a medio terminar

En la pared se ilumina el mamarracho
de la Virgencita de la Sierra Limeña
e insolente me guiña el ojo
como si me invitase a creer
que desperanzas sí pueden vivir los incautos amantes
y yo sigo entreparéntesis (yo)
a la espera de que la luz cósmica de mi celular
ilumine esta solitaria habitación