lunes, 5 de octubre de 2009

Epístola de un hombre de hojalata

HABITACIÓN 525, HOTEL CITY:

...."jajajaj,soy como un ermitaño", le dijo el Cuate de las Campanas a Don Chan, mientras éste le estaba preparando un te de hierbas.Por cierto, Don Chan poco y nada entendió. El Cuate arqueó las cejas sorprendido y le dijo algo seriote: "Discúlpeme Don Chan, pero si no tiene la capacidad para ver un poco más allá de lo que dicen tooooodoooooos estos manuescritos regados en esta habitación, poco y nada sabrá de dónde está Virus-Spam" El cuate dijo esto, le extendió un manuescrito amarillento, se bebió al seco su te de hierbas y se fue con el sopapo que le pidió prestado a Don Chan pa destapar su excusado.



Querida, la de toda mi vida:
Hoy me he sentido extraño
porque la aparición de la que te hablé
resultó ser algo así como un hechicero
¡De aquellos que habitan
en los cuentos de Caballerías!
Quizás por eso te sienta tan lejana
como una Princesa oculta por las montañas
Quizás de ahí radica que mi piel sea de hojalata
y esta barba de un legendario héroe sufrido.
Y no te hablaré de mis caminatas
tú las has visto en mis epístolas de amor...
se han hecho más y más largas..

Querida, la de toda mi vida
yo no sé....a penas distingo razones en el horizonte,
pero desde el principio
cuando te besé con la pasión de un novato
más y más pruebas a nuestro amor jaquean
¡y parece que las cuartetas del hechicero
nos quieren encerrar en gotas de lluvia!
Ahora barajó mi único as de corazón
con sus sesudos bastos y frías espadas y
en un descuido mío
mer ha hecho aceptar aquella empresa titánica
y me ha embarcado a los parajes inhóspitos de la luna,
es la misma luna que cómplice protegía
todo el amor que nos entregábamos...

Yo no sé, a penas distingo razones en el horizonte,
pero me vestí de hojalata,
bauticé mis armas en una vigilia íntima,
te acaricié tus cabellos,
te besé mientras dormías
para aplacar la crueldad de la despedida
y cabalgué, en silencio, toda la noche,
alimentándome del último vestigio de tu roja poesía...

Querida, la de toda mi vida,
no cedas a las seguros teoremas del no-amor,
no dejes que se beba
la seguridad de mis promesas.
Yo no me olvido de las tuyas
ni de tu nombre inmortal.
El día en que vuelva
con ese unicornio tímido y desorientado
o con esa joya única en su brillo
no habrá más pruebas de fuego
no más sufrimientos que agiten nuestros pechos
y todo, lo que ahora,involucra hacer mis maletas
será un sueño de mala noche
y ya no nos sentiremos extraños
¡ Nunca más me sentiré prisionero
por otro embrujo de mal aguero!

--NOTAS AL MARGEN DEL MANUESCRITO--
Dice con una letra tiritona, encima del título (parece que intentó usar su derecha, ya que es zurdo de nacimiento):" ¡Qué manera de amar!" Virus-Spam

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