TERCER Y ULTIMO RELATO DE LARGO ALIENTO DE LA CONGREGACION: FIN

No sé por qué lo trágico se expresa de la forma que menos nos esperamos. Yo no dejo de pensar en lo sucedido, por ello me he sentado al borde de mi cama para intentar reflexionar...y recuerdo, al principio vagamente...luego se van haciendo más nítidas las imágenes...

Todos , todos atacaban al pobre Obispo Nectarín que se enrrollaba sobre sí mismo , como un chanchito de tierra, para evitar salir más dañado de lo que estaba. Muchos se acordaron de todo su árbol genealógico e incluso, llegaron a tocar su ancestro más ancestro, el que fundó la casta de los Nectarines : Un bandido que navegó con Colón a descubrir una nueva ruta a las Indias Orientales.

La hermana Mente se quería desbautizar y Su Santidad le negó la autorización , ya que una vez bautizado , se supone que el espíritu revoltoso ingresa y queda adhosado en las paredes del alma. "Así que cagó, hermana", le dijo Su Santidad todo gentleman, rascàndose la panza con una manito de plástico. La Hermana Glamour la abrazaba para consolarla, mientras la Doña le vociferaba a lo megáfono al Obispo que todo era culpa de él.
Ya no podía más el pobre Obispo que fue degradado al animalucho más insignificante: La laucha.
--"Debe dejar el cargo, lo siento" – dijo todo socarrón el hermano Conchalevalechico-
--Sobre mi cadáver - amenazó el Obispo-
--No sea porfiado, ¡ usted nos falló y eso no se puede tolerar!. Siempre supe que usted era de doble careta: Una monoteísta y otra politeísta.
--¡¡Jamás abandoné y abandonaré a Llavhé !! - gritó el Obispo-

En ese instante volvieron a golpear la puerta y era un grupo ateísta que pidió que calmáramos los ánimos, ya que no podían alzar sus rezos al No-Creador . "Sí, sí ,disculpen, si ya termianamos" – dijo la hermana Mona , fijándose sus extensiones que estaban todas sueltas-

Su Santidad insistía en que debíamos escuchar , a lo Puma Rodrìguez, la voz del pueblo y que la voz del pueblo clamaba por la renuncia del Obispo Nectarín.

El Obispo, en tono de telecebolla y sonando atrás de él un violinista todo harapiento, dijo que estaba bien, dejaba el cargo. En ese instante un remolino ingresó por todas las ventanas y grietas de las paredes del templo. Era fuerte y multicolor, parecía un tirabuzón. Los pobres piojos de Zeus, se agarraban incluso de sus pelos más insospechados para no abandonar al mega- Dios. (Sí, Zeus estaba contrariado. No sabía que el poder de Llavhé era fuerte)

Todo duró unos cuántos minutos. La hermana Mente y su siamesa se agarraban de las presas de Su Santidad para no irse en el remolino. El hermano Milodón se sentía extasiado: esto le recordaba sus terrunios.La hermana Mona abrazaba a Conchalevalechico y la Virreina quería alcanzar a su amado Obispo Nectarín para no perderlo. Las gárgolas aleteaban desesperadas y lo único que querían era arrancar del Gargolario. Incluso los ateos salieron a mirar a la calle pidiendo explicaciones al No- Creador, pero la encontraron en los noticiarios de súper-trasnoche: Todo era producto del fenómeno del cabro chico pelusón, ya que cuando se pone weón juega con el clima y crea estas cosas impropias de la naturaleza.

El Obispo Nectarín cayó como saco e papas en los brazos de la Virreina. Todos se le acercaron, excepto Conchalevalechico que decía medio asustado, que la laucha estaba haciendo teatro.

Cuando despertó ,la Hermana Mona le trajó un poco de Ron Purgatorio, pero el Obispo que ahora no era Obispo , comenzó a hacer arcadas. "Traigame agua, hermana". Su Santidad se extrañó y no entendía la transformación del antes Obispo Nectarín.
---¿ Quiere algo de comer? - Le dijo toda solícita la Hermana Paz-
---Sí, queso, pero queso rancio.
---¡No tenemos queso!
---¡Necesito queso! - dijo desesperado el Obispo, sacándose de la nariz una pelusa imaginaria con sus manos encogidas-

Compadeciéndose, quizás, Zeus, utilizó sus poderes olímpicos e hizo aparecer de la nada el queso más hediondo que pudiese la Congregación tener memoria ( La hermana Paz recordó el suave aroma de las calcetas chilotas de su amado Milodón, pero ese es otro cuento).Cuando lo tuvo frente a sí, se lo devoró como si fuese un manjar de manjares. Y luego habló y dijo que él siempre propagó la buenanueva. Quizás, algunas veces erró, pero si lo hizo, no lo hizo con mala intención. Pidió que quien sea el o la que esté a cargo de la Congregación lo hiciera con toda la pasión de un Nectarín cualquiera.

---No se preocupe EX- OBISPO ( recargó cada letra la Virreina), ahora asumirá el poder vaginal.
---¡¡¡Sí, es hora de las womannnn!!!! – gritó eufórica la hermana Paz , agitando al viento su sostén metafísico-
---¡¡¡Por fin tendré un cargo!!! - aplaudía contentísima la hermana Mona-
---Todos los wachones serán míos – decía la hermana Glamour mirando especialmente a Su Santidad, mientras sus cálidos pezones hacían montes de placer en su blusa litúrgica-
---Ahora los azotaremos, si se portan mal – Aportaba la Doña , haciendo zuácate con su látigo en la pared-

Conchalevalechico estaba confundido : No era lo que había planeado. Trató de recordarles los acuerdos, mientras el hermano llave inglesa no hallaba para qué grupo tirar. Era como el comodín, el jocker codiciado de ambos géneros. Sólo decía que con esto lo habían cagado. Cada uno de los bloques le exigía que de una vez por todas se definiera, pero prefirió hacerse el weón y seguir bebiendo los conchitos de Ron Purgatorio que quedaban en las copas de plástico.

Su Santidad se acercó al ex-Obispo Nectarín y le decía que era cosa de tiempo, que nuevamente retomaríamos el poder. El ex- Obispo sólo lo oía, porque estaba en una galaxia lejana. Su Santidad le decía que las féminas tenían una debilidad entre las piernas, que teníamos las herramientas necesarias para dar con su punto G y eliminarlas con una gran explosión orgásmica. Luego vendría el sometimiento y retomarían el segundo plano que siempre les correspondió.

No, el ex- Obispo Nectarín no sabía en qué momento todo había terminado. El caos había reinado en el seno de la Congregación. Si San Judas Webeus viviese , se decía el ex-Obispo, de seguro estaría con el revólver en la boca y él no evitaría su suicidio: Tambien le hubiese gustado desaparecer de esa forma. O que me enterraran vivo o que me arrojaran a las profindidades del "Mar Bien Muerto". Ya nada entendía y fue mejor decirles a los miembros de la Congregación que apagáramos las luces del Templo y nos fuésemos a nuestras casas a meditar. Luego veríamos quién sería el o la cabecilla de la Congregación.

Les habló como el hermano laucha, por eso, quizás, creyó que nadie lo inflaba mucho.Pero tomó un poco de oxígeno y reiteró, en forma dramática:

---Sí, es hora de apagar las luces del templo, hermanos y hermanas – dijo triste el ex-Obispo-

Todos lo miraban en silencio. La virreina se le acercó y le tomó cariñosamente la mano.

---¿ Quién se queda con las llaves? - preguntó Su Santidad-

Nadie se atrevía a tomar el manojo de llaves. Sólo Conchalevalechico , con el pecho inflado, las tomó , diciendo algo así como un " me corresponde".

---Si quieren ,- dijo el ex- Obispo-,llévense las estatuas , los panfletos con las enseñanzas de San Judas Webeus, la guitarra , el piano eléctrico Y los panderos que usábamos para ir a predicar en las esquinas y..¿ Las gárgolas? ¿ Quién se quedará con ellas?

La hermana Mona dijo que ellas se las llevaría para su peluquería: Le servirían para promocionar su pega. Mientras el hermano Llave inglesa cargaba entre sus hombros la estatua de Llavhé y la hermana Mente y la hermana Glamour se disputaban el póster- calendario a todo color de Su Santidad en paños menores ( se hizo para reunir fondos para las alicaídas arcas de la Congregación), llegó la hermana Mona con dos gárgolas, una en cada hombro . A penas podía caminar. Estaba toda rasguñada y chascona. Nos preocupamos y nos contó que fue imposible convencer a la gárgola más siniestra de todas , la sin-nombre. No hubo caso, se quedó amurrada en el rincón más oculto del Gargolario.

---De todas formas,- dijo la hermana Mona-, le dejé la puerta abierta para que hiciera su vida.

Nos reunimos todos en un semicírculo, tomamos nuestras manos y, todos, en voz baja, alzamos una última plegaria y dijímos al unísono:

"Gracias, gracias Llavhé por reunirnos sin ánimo de lucro , sólo con el fin de compartir momentos maravillosos, de aquellos que quedan grabados en el alma misma. Gracias , gracias por hacernos ser parte de algo, algo fuera del mundo que estamos acostumbrados a toparnos en las calles tristes de la ciudad. Gracias , gracias por darnos el espacio para ser nosotros mismos. Aceptar y ser aceptados ; querer y ser correspondidos ; en lanzar bromas pesadas y que te lancen de vuelta sin sentirnos heridos ; en extrañar y ser extrañados ; en confiar y en que te tengan confianza ; en exorcizar y ser exorcizados. Gracias, infinitas gracias, Oh, Llavhé, creador del Jolgorio eterno"

----FIN----