martes, 13 de octubre de 2009

CIDMOS GRADO 100


Habitación 525, Hotel City
Golpeó la puerta sin piedad. Débora me decía, desde el baño, que no le abriera la puerta a su marido. Dudé, pero al ver su congoja y su temblor me acerqué a ella, la acurruqué en mi pecho y, en silencio, esperamos que la bestia se volviera a su guarida.
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Las sombras siguieron sus huellas de metal
y con él se perdieron en la neblina de la mañana.
Quiso el ASTRO REI no dar la cara. Por eso quizás
el Cid creyó extraviado su yelmo en sus rebeldes cabellos.

Ya no habló con forasteros
sintió ser una hoja libre de las torturas del Otoño
rechazó todo trofeo de antiguas batallas
porque en su pecho un monasterio florecía.

Sus huellas siguieron la loca suerte de la leyenda
que se internó por bosques océanos y desiertos
hasta desenterrar las cenizas
del último latido desta chata esfera
EL NOMBRE DEL ÚLTIMO REYNO.

He aquí desde el epicentro rojo
el valiente Cid ha dicho:

"Cuando el alma inquieta ya no sea de cristal
y pueda jugar sin miedos a hacer piruetas en el cielo
ya nada será importante ya nada será profundo
Y los nudos en la garganta
y la tierra en nuestras palabras desaparecerán
como lo hicieron cada uno de estos tristes reynos
que bañaron nuestros vírgenes valles"

Y EN VOZ BAJA CASI COMO UNA ORACIÓN
LOS NOMBRES DE LOS TRISTES REYNOS RECORDÓ

Y luego arrodillándose a dos pasos más allá
de las heridas ancestrales
descubrió su cabeza y altivo miró al Creador:

"¡Oh mi Señor celeste guía sin ambición alguna
mira cómo la tierra reclama tu presencia!"

Y SEÑALÓ CON SU ESPADA A LA NIEBLA Y AL SILENCIO

"Y tu piadoso lloras
escondiendo tus mejillas detrás de las montañas"

Y confesó el Cid
arrodillado hasta más no poder
ante el poderoso aliento del Señor:

"Fui una sombra sedienta de cariño
y ahora ante ti reclamo mis recompensas
porque tu aliento de vida ha roto mi cristal
y corre ya veloz por el universo
mi fugitiva y libre esencia real.

"¡Oh mi amado Creador!
Cógela con tus sabiduría infinita
y transfórmala en un ave
para que pueda recorrer esta tierra
y encontrar un nuevo espacio
hasta que este territorio cicatrice sus heridas
y vuelva el hombre a clavar más espinas
en los ojos del resucitado".

Y después el Cid se cubrió con su capa
mientras el ruido subterráneo de un nuevo Cidmo
se dejó oír en el último Reyno de este mundo

---NOTAS AL MARGEN DEL MANUESCRITO------------------

Dice en letras imprentas, lo siguiente: "Ante el fracaso sanarse las heridas y comenzar otra vez de cero" Virus-Spam.

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