lunes, 14 de marzo de 2011

YO SÉ , PERO NO ESTOY SEGURO...


Día Domingo en la mañana..sí...domingo en la mañana...calle San Diego para ser más exactos y, a la altura del pasaje donde estaba antiguamente el "Rincón de los Canallas" ,un ejército de fieles salieron de la nada..eran como una selva sigilosa que invade el desierto...salían de todas partes!!! de los Kioskos de revistas,de las tiendas de libros usados,del restaurant de Comida China, del Centauro Night-Club,de los carritos de sopaipillas abandonados...en fin...
Yo sé, pero no estoy seguro, que vi que algunos saltaban con alas de papel celofán, desde las lejanas ventanas de los edificios, para unirse al tumulto.
Yo sé cómo, pero no estoy seguro...de pronto fui parte de ellos...me sentía dentro de un torbellino, como si estuviese en el centro líquido de un caramelo. Me desesperaba y sabía que no podía escapar de ellos y ahí fue que...yo sé, pero no estoy seguro, comenzaron a recitar un cántico extraviado que, en alguna parte había visto o leído o qué se yo...decía "¡¡ PARE DE LLORAR, PARE DE SUFRIR !!" Era pegajosa y también comencé a corearla, como si fuese un hit del Verano.
Doblamos por Tarapacá hacia la costa y alguien me dijo al oído que debía estar listo...y yo le dije, listo para qué? y él no me respondió..insistí y èl me dijo, apuntando al cielo claro del día Domingo : "El te dará lo necesario para sanar las heridas de tu alma confundida y triste". Les lancé un montón de garabatos y les decía que estaba bien, que no necesitaba ayuda de nadie ni mucho menos de "EL", que esconde sus barbas de los satélites y otros cachureos terrestres que lanzamos al espacio y ellos, angelicalmente, asentían con la cabeza cada maldición que profesaba en contra de su "EL",como diciendo..."pobre weón"...
No pude escapar, imposible, a estas alturas parecía una bolsa de plástico en alta mar y ahí fui a parar, al Ex-Cine Continental y un hombre con linterna me dio la bienvenida, me sentó en una butaca, me ordenó que apagara el celular y con una extraña sonrisa me dijo: "que disfrute la función". A estas alturas,yo sé como, estoy seguro que sé cómo, la sala se llenó de gente. Todos cuchilleaban entre sí y comenzaron a aplaudir cuando las luces bajaron su intensidad. Se corrieron las cortinas y comenzó en Technicolor y con el León rugiendo por toda la sala, la película de mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario