Me llevo en mis maletas unos cuántos poemas inconclusos
y unos cuántos artículos transitorios
para regular estos sentimientos tornasol
y las últimas conversaciones con mis grandes imprescindibles
y las instrucciones en chino mandarín para efectuar
las necesarias reparaciones de mi corazón webeta
y la paz, la paz esquiva y resbalosa,
la que llevo presa en mis cesantes bolsillos.
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