Don Chan decidió tomarse una nueva taza de café. Débora, diligente, fue a la cocina a preparárselo como a él le gustaba. Mientras ella aprovechó de hacerle unas tostadas, sintió una gran risotada: Era Don Chan que le decía que leyera este manuescrito, que lo mismo le había sucedido a uno de los escritores del Bolígrafo Rebelde. El weón terminó lanzándose al Mapocho, no pudo vivir con los cuernos.
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El locutor ha callado
( El silencio a veces
es un soplón de lo terrible)
El auditorio inexistente tiembla
y alguien dice desde la cabina
que anuncie otra vez comerciales
El locutor ha callado
los guarenes terminaron
de devorar su lenguaje estilizado
cuando al otro lado de la línea telefónica
le silban al oído
que su mujer se ha ido
con el de la competencia
--NOTAS MARGEN DEL MANUESCRITO--------------------------------
El extremo izquierdo de este manuescrito está quemado por un cigarrillo y, más arriba, dice : "No olvidar comprar una nueva cajetilla de cigarrillos "Life".
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